Es medianoche en el parque de atracciones del Prater . Su espectacular montaña rusa y todos sus modernos artilugios acaban de detenerse. Gran parte del público que abarrotaba el recinto ha comenzado a abandonar las instalaciones. Sólo se siente el rumor de la mítica noria Ferris, que a esas horas todavía sigue girando. Desde lo más alto, el viajero avistará un paisaje que se asemeja a una ciudad futurista. A sus pies un maraña de estructuras metálicas se mezclan con decenas de neones centelleantes.
Autor de foto y texto: Alfredo Medina ©