El agua discurre a raudales por las regueras de los pueblos de La Vera. Viene de la sierra, y circulando por estos canales que surcan el empedrado, alimentará sus fértiles huertas. En esta comarca extremeña de clima tropical crecen limoneros, naranjos y abundan las plantaciones de tabaco. Si recorremos cualquiera de sus calles descubriremos una vistosa combinación de volúmenes superpuestos. Balcones, voladizos y muros contorsionados se suceden en un ejemplo sobresaliente de arquitectura popular.
Autor de foto y texto: Alfredo Medina ©