A principios del siglo XX el pintor Ignacio Zuloaga llegó a la provincia de Segovia. Después de estudiar y exponer en París y Roma, se queda impresionado por los paisajes de esta provincia castellana. Una de los localidades que más llamó más su atención fue la villa de Sepúlveda. Desde un mirador- que ahora lleva su nombre- pintó con su reconocible estilo naturalista varios de sus cuadros más famosos. La imagen de la Sepúlveda de la época quedaría para siempre inmortalizada en la Historia del Arte.
Autor de foto y texto: Alfredo Medina ©