
Calle de Amalfi. Campania. ITALIA.
Fue hace unos mil años cuando la ciudad-estado de Amalfi se consolidaba como una de las grandes Repúblicas Marítimas del Mediterráneo. Con una población de más de 70.000 habitantes y una moderna flota rivalizaba en el plano comercial y militar con las otrora poderosas Pisa, Génova o Venecia. A este recóndito rincón de la costa de Campania atracaban regularmente navíos que traían los mejores paños y los más preciados metales de todo el orbe conocido. Todo ese esplendor quedó herido de muerte cuando un devastador tsunami arrasó en 1073 la mayor parte de los primitivos edificios. En su configuración actual, esta localidad tiene a la plaza del Duomo como su centro neurálgico y lugar más emblemático. Allí se dirigen todos los días miles de turistas buscando la foto más representativa de su visita: la catedral y sus largas escalinatas. Pero hay otros recorridos que todo viajero inquieto debe explorar. Porque Amalfi se teje sobre una trama de estrechos callejones y pasadizos intrigantes, donde uno puede toparse con imágenes de santos y vírgenes, que en la Italia del Sur resultan omnipresentes . Todo esa red semioculta de pasajes en penumbra esconde viviendas de pescadores de fachadas desconchadas y ropa tendida. Por este laberinto angosto, repleto de recovecos, uno se puede encontrar con escaleras tortuosas que le transportan a miradores con vistas insospechadas.
Autor de foto y texto: Alfredo Medina ©