Los peregrinos que en la Edad Media ansiaban llegar hasta el Camino de Santiago debían salvar con gran esfuerzo múltiples accidentes orográficos. En Tobera, una pequeña localidad castellana, se construyó una ermita que sirvió de hospedería donde los fieles podían descansar o pernoctar. Este templo de estilo románico tardío se levantó junto a un pequeño puente de piedra que servía para cruzar del río Molinar. Siglos más tarde se erigió a sus pies un pequeño templete en honor al Santo Cristo de los Remedios. Estos tres edificios, integrados en plena naturaleza, conforman uno de los enclaves más atrayentes y por ello más visitado de la provincia de Burgos.
Autor de foto y texto: Alfredo Medina ©