Existe un pequeño barrio en Palermo que podría pasar por una ciudad portuaria del Magreb. En el siglo IX los árabes invadieron Sicilia y levantaron una ciudadela, en lo que hoy es el distrito de La Kalsa. (en árabe «la elegida»). En este espacio cercano al mar los emires construyeron bellos palacios y se diseñó el actual trazado de calles sinuosas. La huellas de la presencia musulmana permanecen imborrables en este pequeño territorio. En La Kalsa se habla un dialecto propio con expresiones provinientes del árabe, y se preparan platos condimentados como en el Norte de África . Los fuertes bombardeos durante II Guerra Mundial destruyeron gran número de edificios, sumiendo al barrio en un estado de abandono y degradación durante décadas. Las políticas de restauración que se han desarrollado en los últimos años han renovado la apariencia del barrio sin que alterar su esencia. En los meses de verano durante el festival del Kals’art se organizan exposiciones y fiestas callejeras. Es en esta época cuando la callejuelas del viejo Palermo se iluminan con luces de colores.
Autor de foto y texto: Alfredo Medina ©