Es uno de los iconos más reconocible del todo el planeta. Su imagen ha sido reproducida en millones de souvenirs y se ha perpetuado como el símbolo más universal de Francia. Después de 126 años la torre Eiffel conserva todo su magnetismo (cada año recibe más de 6 millones de personas ). No hay nadie que viaje París por primera y no esté tentado a asomarse a ese singular amasijo de hierros. Una construcción tan denostada en su origen como incuestionable en la actualidad. Cuando llega la noche, el viajero puede disfrutar de la mejor versión de la torre. Al pie del puente de l’Alma, la luz de miles de bombillas se reflejan sobre Sena. Un foco giratorio proyecta incesantemente un gran haz de luz sobre el cielo de París…*
*Sí, todo lo anterior era lo más parecido a una postal turística…pero nadie se quiso perder ese espectáculo.
Autor de foto y texto: Alfredo Medina ©