En primavera las dehesas salmantinas despliegan todo su color. Sobre un suelo de granito se extiende un ecosistema muy definido. En esta comarca la actividad agro-ganadera se ha integrado plenamente con su rica biodiversidad. En sus pastos se alimentan los mejores ejemplares de toro de bravo, protagonista inconfundible del campo charro. A lo largo de sus llanuras, repletas de arroyos y charcas, las sombras de las encinas se funden con el horizonte. Como bien lo expresó Machado: El campo mismo se hizo / árbol en ti, parda encina.
Autor de foto y texto: Alfredo Medina ©