Hasta los años cincuenta del pasado siglo, muchos de los ríos del Pirineo navarro hacían las veces de modernas autopistas. Debido a que sus bosques resultaban inaccesibles, para transportar su madera se empleaban unas tradicionales pero veloces embarcaciones: las almadías. Estos vehículos fluviales consisten en grandes balsas de troncos, a los que se ataba la carga con mimbres y cuerdas. Todas las que navegaban por el río Esca solían arribar a los muelles de Burgui. En este encantador pueblo del valle del Roncal, cada primavera se festeja el día de la almadía. En esas fecha los troncos vuelven a surcar el río. Sobre ellos, intrépidos pilotos vestidos a la antigua usanza los conducirán a buen puerto.
Autor de foto y texto: Alfredo Medina ©