Muchos consideran al castillo de Chenonceau como el más hermoso de toda Francia. Gran parte de su singularidad reside en que está erigido sobre el río Cher, sirviendo así de puente entre las dos orillas. Una de las dependencias más valoradas de este edificio gótico-renacentista es la Grand Galeríe. La reina Catalina de Medici ordenó que en la primera planta del castillo se crease una elegante sala de 60 metros de longitud, que sirviese para caminar sobre el río y disfrutar de sus espléndidas vistas. Sobre su suelo ajedrezado por el que paseó lo más florido de la nobleza francesa, caminan hoy cientos de turistas. Mirando a través de alguno de sus 18 ventanales, el visitante contemplará como el río Cher fluye lentamente bajo sus pies.
Autor de foto y texto: Alfredo Medina ©