En la ribera del río Darro descubrimos una auténtica joya de la arquitectura medieval. Construido en el siglo XI, el Bañuelo está considerado como el baño público árabe mejor conservado de la Península. Después de la conquista cristiana, muchos fueron clausurados,por considerarlos «lugares de mala reputación». El Bañuelo se organiza en distintas dependencias, destacando su Sala Principal. Este gran espacio, conformado por muros de ladrillo y grandes arcos de herradura, impresiona al visitante. Su cubierta abovedada y sus columnatas clásicas confieren a este recinto una sensación de solemnidad y sosiego. Los numerosos tragaluces octogonales permiten que se filtren con suavidad los rayos del sol. Cuando llega el mediodía, la sala deslumbra por su magia. En ese momento los baños se inundan de intensa luz y la mampostería centenaria adquiere tonalidades doradas.
Autor de foto y texto: Alfredo Medina ©