Pocas lugares hay el mundo que hayan concentrado tanto talento por metro cuadrado como Montmartre. Su nombre estará para siempre ligado a las más revolucionarias corrientes creativas y los más afamados artistas. Aquella colina, repleta de viñedos, se fue transformando durante el siglo XIX en un populoso barrio en el que se abrieron numerosos cabarets y salones de baile. En sus calles se respiraba un ambiente muy alejado de las rigideces burguesas, lo que que lo convirtió en el epicentro de la bohemia parisina. Esto atrajo a muchos jóvenes artistas, que frecuentaban sus cafés o exponían en sus galerías. Toda la creatividad que irradiaron figuras como Picasso o Van Gogh inspira hoy a decenas de pintores, que acuden ilusionados a exponer sus obras en Montmartre .
Autor de foto y texto: Alfredo Medina ©