El antiguo reino de Bohemia basó parte de su esplendor en la explotación de las minas de plata de la comarca de Kutna Horá. Gracias al boom de la actividad minera, está ciudad experimentó un gran crecimiento en el siglo XIV , llegando a rivalizar en poder económico con Praga. Esta urbe, que recibió de Wenceslao II el título de Real Ciudad Minera, atesora auténticas joyas arquitectónicas. Destaca sobre todo la Iglesia gótica de Santa Bárbara, sus viviendas barrocas y el cautivador barrio de Sedlec. El valor cultural y artístico de esta villa quedó reconocido en 1995, cuando Kutná Hora fue declarada Patrimonio de la Humanidad.
Autor de foto y texto: Alfredo Medina ©