En un recorrido por el ondulante Oporto, el viajero disfrutará de maravillosas panorámicas sobre el Duero, y se sorprenderá con perspectivas singulares. A la vuelta de una esquina es posible descubrir asombrosos edificios que parecen estar al alcance de las manos, pero que se hallan en realidad a cientos de metros. Toda la ciudad ofrece un repertorio caótico de volúmenes superpuestos que le confieren un aire enigmático. Por encima de los viejos tejados, con sus 75 metros de altura, sobresale la intrigante Torre de los clérigos..
Saramago en su «Viaje a Portugal» decía que uno se lleva de Oporto «un duro misterio de calles sombrías y casas de color terroso. Tan fascinante es todo eso, como en el anochecer los son las luces que se van encendiendo en las laderas. Ciudad junto a un río que llama Duero».
Autor de foto y texto: Alfredo Medina ©
Se ve que Oporto es un lindo lugar , de esos que no hay que dejar de visitar. Saludos, Patricia
Oporto merece mucho la pena. Es una ciudad de contrates, con zonas caóticas y pintorescas, y otras partes más modernas. Gracias por tu comentario, saludos!