El entorno natural del río Dordoña apasiona inevitablemente a todo viajero. La orografía karstica de esta comarca del sur de Francia está salpicada por frondosos bosques de robles y castaños. Sus tonalidades ocres y verdosas se reflejan en un río impoluto, que se torna de color esmeralda. La acción humana en este espacio casi inalterado se manifiesta en la presencia de varias villas medievales, que se asoman al río sobre elevados promontorios. Una de las localidades más cautivadoras es sin lugar a dudas Beynac. Al atardecer descendemos por sus callejones empedrados, y descubrimos una visión del valle que enamora.
Autor de foto y texto: Alfredo Medina ©