Un vetusto tranvía asciende por las empinadas cuestas que llevan a la parte alta de Alfama. Se abren sus puertas y grupo de turistas caminan en tropel hacia un gran balcón que mira al Tajo. Lisboa que está repleta de de enclaves panoránicos, tiene en el mirador de Santa Lucía uno de sus lugares más visitados. Alzando la vista sobre los tejados rojizos de las casas de la ladera, se contempla el estuario del Tajo en toda su inmensidad. Esa Alfama que recibe hospitalaria a miles de turista representa también a la Lisboa del Fado y de los pescadores. Un barrio abierto donde supieron convivir judíos, musulmanes y cristianos. Un popular fado lo explica así: «Alfama toda parece un gran casa sin ventanas»
Autor de foto y texto: Alfredo Medina ©