Sobre una inmenso y brillante espejo se proyecta toda una plaza. Las siluetas de edificios neoclásicos y de modernos tranvías se duplican por arte de magia. Algo tan antiguo como la imagen reflejada sobre el agua, sigue provocándonos sensaciones deslumbrantes. Esto se consigue en la Plaza de la Bolsa gracias a una fina película de agua, que se extiende sobre las losas de granito. Además, numerosas fuentes de vapor crean un poderoso efecto de niebla que potencia su atmósfera cautivadora. Por todo ello, no sorprende que este lugar sea el más fotografiado de la renovada Burdeos.
Autor de foto y texto: Alfredo Medina ©